
Torres, de 24 años, dijo que le encantaba
vivir sin miedo a la violencia que era una amenaza diaria en su ciudad natal,
Veracruz, en México. Además Alemania, destacó, ha hecho mucho por lograr que su
familia se sienta bienvenida. Su marido, quien hablaba alemán antes de la
llegada de la pareja al país, está aquí a través de un programa de becas que
Alemania conduce para fomentar que estudiantes brillantes estudien en el país.
Este programa le da derecho a Torres de aprender alemán sin costo alguno y
pudiera concederle permiso para que su familia permanezca de manera definitiva.
Al igual que la mayoría de los países
ricos, Alemania tiene profundas inquietudes con respecto a la inmigración,
alimentados por tensiones raciales y culturales, costos y definiciones en
evolución de identidad nacional. Sin embargo, más que el resto de Europa, su
saludable economía necesita trabajadores adicionales, particularmente para
empleos que requieren de altos niveles de capacitación y educación, problema
que probablemente se exacerbe a largo plazo por su baja tasa de natalidad. Alemania está intentando ocupar
117,000 empleos en ciencia, tecnología e ingeniería, brecha que
pudiera ensancharse hasta casi un millón para 2020, con base en el Instituto de
Colonia para Investigación Económica.
Así que Alemania, en otra época una
sociedad relativamente homogénea que luchó por largo tiempo para asimilar
inmigrantes y refugiados provenientes de Turquía y otros países relativamente
pobres, está compitiendo más decisivamente con Estados Unidos, Reino Unido y
otras naciones para atraer y mantener gente educada del extranjero que pueda
ayudar a industrias cruciales. Desde 2005, pero en particular a
lo largo de los últimos tres a cinco años, Alemania ha relajado reglas para
reconocer calificaciones extranjeras, otorgando permisos de residencia para
extranjeros con habilidades y en la descripción de Alemania como una tierra de
migración.
“Los inmigrantes”, notó Axel Plünnecke,
catedrático en el Instituto Colonia que se especializa en los efectos de la
brecha poblacional, “son en verdad importantes para cubrir la escasez de
trabajadores”. Actualmente hay “un consenso político en el sentido que la
inmigración ayuda a Alemania y es realmente buena y útil”, dijo.
Dado su estatus como la mayor economía de
Europa, Alemania también está atrayendo la mayoría de los inmigrantes: una
histórica ganancia neta de 400,000 el año pasado. Típicamente, con base en el
Instituto Berlín de Población y Desarrollo, actualmente 35 por ciento de los
inmigrantes tiene mayores probabilidades de tener una licenciatura o un diploma
más elevado, comparado con 20 por ciento de los alemanes.
Alemania sigue enviando algunas señales
mixtas con respecto a la inmigración. Este mes, la Corte de Justicia Europea
falló en contra de una cláusula de la ley de inmigración del país que requería
que los cónyuges de inmigrantes turcos demostraran su dominio del idioma alemán
antes de que pudieran calificar para una visa.
Reiner Klingholz, director de Instituto
Berlín, dijo que Alemania aún tenía trabajo por hacer a fin de atraer
extranjeros. "Alemania tiene que posicionarse de manera más firme como una tierra de
inmigración y volver un hecho su 'cultura de bienvenida’, dijo.
Entre el grupo de seis extranjeros que
estudia alemán con Torres en un colegio administrado por la ciudad en el centro
de Berlín, la única que expresó cierta duda con respecto a la bienvenida que
había recibido fue Pilar Okenve Ramos, de 34 años de edad, quien nació en
España y cuyo padre es originario de Guinea Ecuatorial. Ella está terminando su
doctorado en bioquímica y se mudó a Berlín para estar con su novio, quien
trabaja para Transparencia Internacional, organización de combate a la
corrupción.
“Soy negra, soy española y mujer”, dijo
Ramos. “Nunca he tenido problema alguno. Me gustaría quedarme aquí. Realmente
me gusta este lugar, pero creo que ellos necesitan cambiar un poco”. Se mostró
reacia a ofrecer detalles, pero más adelante dejó en claro que algunos amigos y
conocidos de origen africano habían experimentado el prejuicio. Ella lo expresó
de la siguiente manera: “Ellos nos necesitan, pero vemos que una parte de la
gente aquí no ve eso”.
Todos los demás en el grupo - una artista
israelí, un diseñador gráfico de España, una abogada tátara de Rusia que está
para recibir tratamiento contra el cáncer, Torres, así como una mujer parisina
que había abandonado la vida de una corporación multinacional en Bangkok para
hacer música experimental - expresaron perspectivas positivas de Alemania,
notando que Berlín, como la capital, es cosmopolita pero aun relativamente
barata. Todas dijeron que podían manejar la vida cotidiana hablando inglés,
pero sentían que haría falta el alemán si realmente querían hacer una vida aquí. La mayoría paga hasta 150 euros, o aproximadamente 200 dólares, por un
curso de 10 semanas, reuniéndose cinco veces por semana, durante cuatro horas
al día.
En el esfuerzo de Alemania por atraer
extranjeros, han ocurrido algunos contratiempos.En la primavera, informes de
prensa relataron a penosa situación de 128 españoles atraídos a costa propia a la
ciudad oriental de Erfurt por una agencia privada, la cual hizo
poco más allá de ponerlos en condiciones similares a las de un dormitorio en lo
que había sido un centro de capacitación laboral de la Alemania Oriental. En su
mayoría, fueron absorbidos con el tiempo por programas manejados por el
gobierno.
Un programa gubernamental lanzado el año
pasado para tratar de atraer gente - en particular, jóvenes europeos del sur -
a empleos en hoteles, servicios o cuidando de adultos mayores, enfrentó
problemas en abril.
Aproximadamente 9,000 personas habían
solicitado ayuda financiera bajo dicho programa, de la cuales la mitad era de
España. Alarmado debido a que el gobierno no tenía dinero alguno, el ministerio
del trabajo rápidamente envió cartas a los aspirantes exhortándolos a tener
paciencia.
Con el tiempo, el ministerio informó que
había asegurado ayuda financiera para todos aquellos que hubieran presentado su
solicitud antes del 8 de abril. Las reglas de 2015 a 2018 siguen siendo
negociadas, pero Alemania, el único miembro de la Unión
Europea que ofrece un programa de ese tipo, tiene programado invertir
aproximadamente 760 millones de dólares, más de cuatro veces el
monto presupuestado originalmente, informó el ministerio del trabajo.
Un estudio preparado para la oficina
federal de inmigración sugirió que aproximadamente 20,000 españoles se mudaron
a Alemania de 2011 a 2013. Se cree que las cifras correspondientes a Grecia y
Portugal, ambos también fuertemente golpeados durante la crisis del euro, son
similares
Alemania, famosa por un sistema en el cual
combina experiencia laboral y estudio académico, está buscando extender ese
enfoque a inmigrantes. Sin embargo, algunos funcionarios dicen que les preocupa
que 20 por ciento de los pupilos de Alemania abandonen la escuela sin
calificaciones necesarias para un aprendizaje, con evidencia anecdótica que
deja entrever que muchos de ellos son de origen turco u otro inmigrante.
La Asociación de Empleadores Alemanes
informó que desde 2004 había intentado garantizar 60,000 nuevas plazas
laborales con capacitación en 30,000 empresas de todos tamaños. Con la economía
aún en crecimiento, esos objetivos han sido superados, pero han existido más
puestos disponibles de aprendiz que candidatos calificados para ocuparlos. En todo el país, el desempleo es
de 5.2 por ciento, comparado con 11.8 por ciento en general en la eurozona de
18 naciones.
Entre los mayores capacitadores están los
famosos fabricantes de automóviles de Alemania, el gigante de ingeniería Siemens,
la red estatal del tren Deutsche Bahn y la especialista en telecomunicaciones
Deutsche Telekom. Para
saber lo que están obteniendo en una contratación, estas empresas necesitan en
su mayoría ofrecer capacitación en Alemania, notó Plünnecke. Aproximadamente 85
por ciento de los casi 300 millones de dólares que Siemens invierte anualmente
en la capacitación de trabajadores se gastan en Alemania, donde alrededor de
10,000 personas ingresan anualmente a vías duales para experiencia en el puesto
laboral combinada con un diploma universitario, explicó Michael Friedrich,
portavoz de Siemens.
Sin embargo, Siemens ha lanzado programas
similares en Estados Unidos y Reino Unido, notó. Cada año, aproximadamente 1,000 jóvenes
provenientes de plantas de Siemens en Reino Unido, Hungría y España vienen para
capacitarse en Alemania, y
la empresa selecciona a 30 prometedores europeos al año para un programa de
tres y medio años, el cual incluye un examen final en alemán antes de que los
aprendices regresen a empleos en Siemens en sus países natales. En total,
Siemens da empleo a 360,000 personas en todo el mundo, de las cuales menos de
la mitad (117,000) están en Alemania.
En general,
el intercambio de habilidades y trabajo - particularmente en empleos de mayor
nivel -, así como el hecho que aproximadamente 30 por ciento de los 650,000 a
700,000 nacimientos anuales en Alemania son de inmigrantes, significa que uno
de cada dos nuevos ciudadanos alemanes tiene raíces extranjeras, destacó
Plünnecke.
No está en claro que toda esa oportunidad laboral y mayor
apertura hacia extranjeros termine dando como resultado una vida totalmente
nueva para Cristina Torres. Sin embargo, su hija está preparada “De hecho, ella
solo dice 'tschüss’”, que en alemán es “chau chau”, dijo Torres. “Ella
ya olvidó 'hola’ y 'adiós’.
Fuente: El Espectador
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